Me puso a patear bolas y me analizó con el TOMI (el sistema que utilizan las academias Leedbeeter). La expresión no daba una derecha llevada su máximo extremo. Yo no sabía que un golpe de putt se podía fallar en tantas cosas.
En la pantalla se observa el ángulo de ataque, la velocidad, el ritmo, el recorrido del putt, el ángulo de la cara en la colocación, y en el impacto… Y luego está la explicación del pro, que te lo traduce a cristiano y empieza a hacerte ver donde están tus errores. Después de una clase, repetimos y el análisis da unos resultados considerablemente mejores. (El primero de los golpes es algo raro).

Ayer estuve en el putting-green, ya estaba avisado que al principio perdería la sensación de distancia, pero fue decepcionante. Era tratar de aprender una rutina nueva, como con el swing cuando empecé a jugar a esto. No le veía la punta, pero mentalmente le he dado muchas vueltas y hoy me he ido únicamente a patear, he estado algo más de media hora, y vengo completamente sorprendido. ¡Como en mis mejores días! Todavía hay veces que se olvida algún detalle y la bola se queda a casi un metro del hoyo, pero desde distancias como los tres o cuatro metros entraban más del doble de lo que hasta hace poco era habitual.
Es curioso como la tecnología sirve para analizar nuestro juego, aunque esta claro que de poco me hubiese servido a mi de no ser porque tenia al profesional de Costa Esuri, Chris, explicándome cada uno de los gráficos y haciéndome las correcciones necesarias. Si en los próximos días el putt sigue mas o menos como hoy (si sigo mejorando ya será incluso problemático) creo que puedo disfrutar mucho los próximas veces que salga al campo.