por AndresO » Mar Sep 29, 2009 5:10 pm
A finales de verano llegó la crisis (la mía; la del país ya no sé ni cuando empezó). Socket tras socket tras socket. Y así hasta el infinito y más allá cual Buzz Lightyear.
De mi profe de siempre, mejor ni hablo. Sus últimos comentarios en clase fueron: "si yo lo que quiero es que aprendas a ver cómo te estás equivocando y cómo puedes arreglarlo tú mismo". ¿Pero esto qué es? ¿Un kit de swing comprado en Ikea-Golf? Si yo supiera hacer ese sesudo análisis de mis propios errores no habría estudiado la carrera que estudié, no habría tenido esa novia en segundo de carrera que me jodió la vida, no habría aceptado mi empleo actual y, sobre todo, no habría empezado a jugar al golf.
Mi problema es que parece que lo hago bien, pero resulta que no. A ver, si yo fuera un tío con un swing ortopédico al 100%, sería fácil decirme lo que hago mal e ir corrigiendo cada cosa. Lo que pasa es que no es fácil saber lo que hago mal, porque soy un posturitas y parece que sé lo que estoy haciendo. Pero no es así. ¿Qué le explicas a un tío que se ha pasado un montón de meses mandando la bola a 150 metros con un hierro 7 sin aparente esfuerzo y muy rectita? ¿Qué le corriges a un tronco que con cierta naturalidad se marca drives de 250 metros ó más en calle? Cuando esto ocurre tiendes a no darle importancia cuando ese mismo panoli pega un filazo lamentable ejecutando un aproach de 50 metros con un 54º, o cuando levanta una chuleta de cuarenta centímetros con un hierro 7 antes de darle a la bola. Y así la cosa se va pudriendo.
Finalmente, he tomado una decisión: nuevo profe. El otro día, por fin conseguí que me dieran una clase indivicual en GP, que está al ladito de mi curre. Será la crisis, oye. Un profe muy simpático, de nombre José Antonio, estuvo una hora conmigo y con la ayuda de un vídeo muy molongo, me enseñó la luz. Pero como diría la de Fama, la luz cuesta. Cambio de grip y bakcswing más vertical amén de otros detalles a pulir. Conclusión: tengo las manos como garras y las costillas pegadas.
Pero lo peor llega ahora: ¿cómo cohones consigo retener el palo para no acucharar la bola? ¿Cómo se consigue esa sensación? Soy capaz de hacerlo con los wedges, pero a partir de un hierro siete estoy más peridido que los que se estrellaron en la isla esa.
Agradezco sugerencias, ejercicios y cariño (esto último de forma moderada y sin mariconadas, pore favor; no tengo prejuicios pero estoy felizmente casado con una tía estupenda). Abrazos,
AndresO
P.D.: casi todo el post es puritito desahogo.
Se me han pegado las costillas y no me atrevo a estornudar...