Pues yo me sumo al hilo con mi crónica. Vaya por delante que lo hice horrorosamente y que aquello pudo ser una pesadilla, pero la calidad humana de Potishead y de Toñin, mis compañeros de partida, pudo con todo. Su gentileza, sus discretos pero eficaces consejos y su delicadeza los hicieron unos perfectos compañeros y pude acabar la vuelta. Ambos hicieron una buena mañana de juego, Antonio nos recreó la vista con un surtido regular de golpes limpios, de esos que da gusto verlos volar y Potishead es como un gato, siempre cae sobre las cuatro patas, ya podía no pisar calle o no levantar la bola ni un metro que él acababa en green con posibilidades, ahora ya sé cómo es un golfista hecho.
La comida fue muy agradable, casi todos hicimos una buena salida, pero con los hierros largos, tenedor y cuchillo, se vio que a Tolia le falta y, modestia aparte, ahí en el centro del plato, que es donde se ve a los buenos laconistas, no tuve rival. Jandicap tiene una conversación muy amena y se funde un almendrado a una velocidad prodigiosa y Tolia es un compañero de mesa muy agradable que como sabe usar la cabeza dice cosas muy interesantes.
Golf y buena gente, ¿qué más puedo pedir?
¡Qué os apuntéis a la próxima!

Gracisimas compis de quedada, que un matraco en un mal día es una lata
